La fachada es la presentación de nuestra casa hacia el exterior. El lugar en el que vivimos es parte de lo que somos y, por lo tanto, refleja nuestros gustos y nuestra personalidad. Por esta razón, debemos brindar especial atención para asegurar que el estilo que elijamos concuerde con estos tanto en el interior como en el exterior de nuestro hogar. ¿Tu fachada es pequeña y temes no poder encontrar un diseño que cumpla con todas tus expectativas? Aquí te presentamos algunas opciones a considerar para que puedas decorarla según tu agrado.

Elige una gama de colores naturales

Cuando se trata de espacios reducidos, incluso si son exteriores, los colores claros son imprescindibles. Los colores neutros, sirven muy bien como colores de base, ya que siempre crean la ilusión de más amplitud. El blanco nunca fallará. Es un color que refleja luz y que, como todo color neutro, da la apariencia de extender los espacios.

Además de que es un color ligero y contrastante, lo que significa que puede combinarse con cualquier otro color o, en su defecto, cualquier material e inclusive hará resaltar bien los elementos naturales de la fachada. Lo mejor de los colores neutros, como el blanco, es que van bien con cualquier estilo, desde el moderno hasta el colonial.

Colores neutros y tenues

Una misma gama de colores tenues hará menos monótona la fachada, pero sin recargarla. Los acentos decorativos, desde los marcos de las ventanas hasta las cornisas o franjas ornamentales, pueden estar pintadas o hechas de un material de otro color, pero dentro de la misma gama. Estos colores y las líneas horizontales de los acentos o los recubrimientos también ayudarán a crear la impresión de un área más extensa.

Si usas elementos como piedra, madera o acero para tus recubrimientos, asegúrate de utilizar colores contrastantes, pero de preferencia neutros. Si deseas agregar algunos acentos de algún color más brillante, elige entonces los colores cálidos y cuida que estos detalles se mantengan a un mínimo para que tu fachada no se vea sobrecargada.

Agrega detalles que realcen el encanto de una fachada pequeña

La puerta al centro, ventanas a cada lado, una jardinera con flores y un techo de dos aguas. Quizás nos recuerda esta distribución a la de una casa de muñecas, y es así porque sigue un modelo tradicional. Y no hay nada de malo con las tradiciones, sobre todo con las fachadas pequeñas. En fachadas estrechas, los ornamentos deben reducirse al máximo y los elementos primarios se vuelven a su vez parte de la decoración; por lo tanto, es importante concentrarse en ellos y limitar los acentos a estos componentes.

Los marcos en las puertas y ventanas pueden tener otro color o molduras decorativas. El techo puede tener un tejado de otro color y material, o bien, una cornisa. La jardinera es opcional, pero siempre agregará vida sin quitar mucho espacio.

Piensa en las ventanas

Las ventanas grandes y alargadas, no solo darán más luz al interior, sino que crearán la ilusión de amplitud. Puedes elegir un gran ventanal para la sección que da hacia a las escaleras en una casa de dos o más pisos, o ventanas longitudinales que alarguen un poco la fachada con sus líneas horizontales. Este mismo tipo de ventana puede repetirse en las puertas, al igual que las mismas líneas pueden reincidir en la cochera para complementar el diseño.

Los ventanales y las puertas de vidrio funcionan para las casas de un piso, pero si tu fachada es muy estrecha, cuida que no ocupen la mayoría del espacio, ya que esto hará que dé la impresión de que el tamaño de la fachada sea aún menor. Los techos altos son igualmente una forma de crear amplitud tanto en el interior de la casa como en el exterior. Un arquitecto se encargará de que las dimensiones sean las adecuadas para evitar que se vea desproporcionado.

Pon muchas plantas en la fachada directamente

Las plantas nunca estarán de más en ninguna fachada. No obstante, es fundamental que no quieras tener todo un bosque en el frente de tu casa. Puedes, por ejemplo, pedir el consejo de un jardinero o paisajista profesional que te ayude a alinear y a distribuir tus plantas de manera que no reduzcan tu espacio ni que den la impresión de que el tamaño de tu fachada sea aún menor. 

Las plantas son además una buena opción para agregar color y contraste a tu fachada, pero, sobre todo, para darle un aspecto más orgánico y menos austero. Ya sea que estén plantadas a lo largo de sus muros, en el camino hacia la entrada o en maceteras, estas deberán complementar y realzar el diseño de tu fachada y no crear distracciones o distorsionarlo.

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